El 29 de mayo de 2016 se inauguraban los andenes provisorios de Liniers, lo que marcaba el comienzo de una larga, LARGUÍSIMA espera, para volver a pisar una estación de verdad y no un rejunte de caños y placas de madera terciada. Exactamente 818 días, o dos años y dos meses. Un poco mucho, ¿no?
Si bien nos alegra que se inaugure, no podemos dejar pasar como en muchas ocasiones lo que significa como muestra de la inoperancia a la que nos tienen acostumbrados en la línea. Porque esto no es de ahora, la gestión anterior nos dio iguales muestras de que a la gente a cargo de las obras poco les importa que las cosas se hagan en tiempo y forma, como tampoco les importa demasiado cumplir con el servicio completo que incluye el servicio nocturno que nos ROBARON hace años. En definitiva, ¿hubo un CAMBIO? No lo creemos sinceramente.
Como ya hemos hecho mención en publicaciones anteriores, la supuesta razón del abandono, que duró más de un año, es que existió una acción de amparo interpuesto para la preservación del puente peatonal de hierro, considerado de orden histórico.
Sin embargo, habiendo sido detenida la obra prematuramente consideramos que hubieron meses de sobra para replantear el proyecto, hacer nuevos planos y presentarlos para que continúe la obra. Y así, ahorrarnos las largas caminatas por Rivadavia (o peregrinaciones como las llaman algunos), especialmente "divertidas" por las noches en Liniers, casi a oscuras y por veredas que parecían haber sido más bombardeadas que una en los conflictos de medio oriente.
En fin, lo único que podemos pedir ahora para este tipo de obras es que esto no se repita nunca más y que se hagan las cosas de forma profesional. Porque para eso todos los contribuyentes le pagamos a los funcionarios, no les estamos pidiendo favores, ellos están en deuda en este y en muchos otros aspectos del servicio.
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