¿Para
que quejarse? Si nunca van a hacer nada.
Ese es el peor pretexto por el cual muchos caemos. Es el típico
argumento para que nos callemos la boca y sigamos en forma sumisa, con la
cabeza gacha, dejando que las cosas sigan como están.
Si tenés un negocio y nadie se queja de los productos que vendes ¿Qué
pensás? Obviamente que, si nadie se queja, vas a pensar que el producto que
vendes es bueno. Lo mismo pasa en el resto de las organismos del estado,
empresas, etc. Durante mucho tiempo los usuarios del Sarmiento hemos seguido el
Síndrome del Sapo en el agua caliente: Dicen que si pones un sapo en una olla
con agua fría y pones la olla a calentar lentamente, el sapo no se da cuenta y
termina muriendo hervido. Si pones un sapo en agua caliente, el sapo salta y se
escapa.
Los usuarios del Sarmiento hemos sido ese sapo en el agua que va
calentándose lentamente, y de esta forma hemos tenido en los últimos 15 años un
servicio de trenes en plena decadencia.
Cuando TBA asumió la concesión del Mitre y Sarmiento, se llevo trenes
del Sarmiento para reemplazar los trenes de madera de los ramales José León Suarez
y Bartolomé Mitre del FC Mitre, mientras que en el Sarmiento colocaban
molinetes. TBA ponía vagones con Aire Acondicionado en el ramal Tigre, y en el
Sarmiento ponían más alambrado. TBA llevó la idea de las marcas (T amarillas)
que estaban en el Sarmiento para instruir a la gente en Retiro con el personal.
El tiempo paso y las remodelaciones se veían en los ramales del Mitre,
y en el Sarmiento solo se veían los cambios de colores de los trenes.
Era obvio que en algún momento, por la falta de inversión, cada vez
tuviéramos peor servicio, y la gente comenzara a cansarse, pero cuando la gente
se quejaba, desde el gobierno decían que eran “grupos organizados”. Por
desgracia, la bronca de la gente, cansada de no ser escuchada, termino quemando
vagones y estaciones.
En el Sarmiento comenzaron a hacer “lavadas de cara” para que se vea
que algo hacían, pero la tan temida tragedia llego.
Primero se pudo ver el pésimo estado en el que estaban las barreras y
la tragedia de Flores. No paso mucho tiempo que el pésimo estado en el que
estaba el sistema que debía frenar el tren en Once, fue una pared de
contención, en lugar de amortiguadores de frenado, y las muertes del
22/02/2012.
Debieron morir tantas personas para que se acuerden de quienes
vivimos, trabajamos, y/o estudiamos en el Oeste del Gran Buenos Aires.
Debieron perder la vida tantas personas para que se escuche la
injusticia que vivíamos diariamente.
Tuvieron que sucederse las tragedias de Flores/2011, Once/2012,
Castelar/2013 y Once/2013 para que los medios de comunicación se acuerden de
nosotros.
Mucho marketing de por medio, con diferentes anuncios de cosas que
nunca se hicieron o se hicieron a medias, para que hoy tengamos un servicio con
una frecuencia peor que la del 2005.
Prometieron obras a cambio de la quita del Servicio Nocturno que, más
allá de los “60 días de suspensión” anunciados ya se cumplen, dentro de poco, 3 años y no hay
ninguna novedad sobre su reposición. Muchas son las cosas que las redes
sociales nos permiten demostrar con imágenes que los dichos están muy lejos de
los hechos.
Durante mucho tiempo no nos quejamos y así nos fue.
Nadie hizo nada, porque nadie se quejaba.
La Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) es el
organismo gubernamental que recepciona las quejas del Transporte, y, por ende,
es donde deberías realizar el reclamo sobre el servicio del tren si es que no
estas conforme.
Durante mucho tiempo sacaron esta simple cuenta: ¿Cuánta gente viaja
en el tren diariamente? ¿Cuánta gente viaja en un mes? ¿Cuánta gente se queja
en un mes?
Con esas simples cuentas decían que el servicio del tren era bueno.
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