Es de público conocimiento la situación de las líneas afectadas por la gran inundación ocurrida en el mes de agosto del pasado año. Como consecuencia de la misma y de la falta de planificación, en el ramal Once-General Pico, se vieron afectados dos puentes ubicados entre Bragado y Mercedes que deben ser reconstruidos y que imposibilitan, al menos parcialmente, el funcionamiento de la línea.
Hay que resaltar el termino PARCIALMENTE, porque en este tiempo funcionaron servicios que transitaban entre las localidades pampeanas de General Pico, Catriló y Santa Rosa, los días sábados y domingos.
Una de las desgraciadas novedades es que desde el día 13 de enero, si un motivo aparente, también ese servicio quedo cancelado. Y las malas noticias no se limitan a eso, las declaraciones de Gustavo Gómez Repetto, vocero del ministerio de transporte, confirman que no se están ejecutando las obras para reparar los puentes. En sus palabras: “estamos evaluando los lugares perjudicados de infraestructura ferroviaria y después veremos cómo hacer”. También indico como excusa a su inactividad: “Tenemos muchos encuentros con mandatarios provinciales y este es un tema particularmente a evaluar”, además aseguró que desconoce el motivo por el que se suspendió el servicio de pasajeros.
Sería injusto poner toda la responsabilidad sobre esta gestión ya que pasaron cuatro meses en los que la gestión anterior no hizo nada al respecto. Pero tampoco es justificativo para que en la actualidad la obras no comiencen y se pierda tiempo “evaluando” o poniendo como excusa una reunión con el gobernador cuando la problemática es clara, ¡Hay que reconstruir dos puentes! Por otro lado, que ignoren la suspensión del servicio dentro de la Pampa solo se puede traducir de una manera, inoperancia, si no es que en realidad están al tanto y es solo una excusa.
Lo importante aquí es que hay usuarios que hoy no pueden viajar y no se limita al Sarmiento, también se ven afectadas las empresas Ferrobaires y Ferroexpreso Pampeano que ya no presta su servicio de carga.
Como conclusión, creemos que no hace falta explicar las consecuencias de la paralización de un servicio sobre los pueblos y esperamos que desde el ministerio rápidamente pongan manos a la obra para que la desidia no sea nuevamente noticia en nuestra línea.
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